Manual para intervenciones efectivas en la reducción del comportamiento agresivo en ESCOLARES.





















La administración del aula: ¿cómo convertirla en un ambiente amable y funcional?.

Convertir el salón de clase en un ambiente amable y funcional constituye una prioridad dentro de cualquier programa de prevención de la violencia.
Esto se debe a varias razones:
Por un lado, el aula debe ser un espacio adecuado para el desarrollo integral de los niños: cognitivo, afectivo, psicológico, espiritual, etc. Esto sólo es viable en un ámbito organizado y grato, con funciones claramente definidas y relaciones sociales cálidas.
Un aula apropiada para sus funciones contribuye a la disminución de la agresión, porque sirve para que los alumnos estén concentrados y ocupados en el desarrollo de diferentes actividades y habilidades. Por ejemplo, si los niños están entretenidos realizando un experimento de ciencias naturales, se minimizan las posibilidades que se presenten brotes de agresión.
Pero, sin las relaciones sociales afectuosas, esta concentración de los niños en sus labores no es posible: sólo éstas permiten que los niños se sientan valorados y apoyados y que desempeñen sus asignaciones sin los obstáculos provistos por las agresiones (las riñas, los gritos, los insultos, las intimidaciones, etc.).
Por otra parte, la rutina diaria debe estar orientada a cultivar en los niños conductas, valores y principios de convivencia. En este sentido, el aula misma se convierte en escenario para el aprendizaje y práctica de las habilidades sociales: si el docente permite la agresión en su salón, esto es lo que asimilan sus alumnos. Por el contrario, cuando el maestro se esmera en promover en el aula relaciones humanas respetuosas, los niños tienden a ejercerlas, tanto durante el tiempo escolar como fuera de éste.
Hay tres aspectos fundamentales que contribuyen para que la permanencia en el aula de clase sea agradable a los niños y adaptada a sus requerimientos:
a)La administración del espacio
b)Los materiales
c)El tiempo
Reflexionemos
Un espacio para la exploración de nosotros mismos
¿Cómo administra Ud. el tiempo, los materiales y el espacio en el aula?
Reflexione con sinceridad sobre las siguientes preguntas. Si lo desea, escriba sus respuestas. (Sería valioso que reflexionara sobre estos planteamientos durante la semana de la tarea).
a)¿Es importante para usted la distribución y decoración del aula de clase? (Explique su respuesta).
b)¿Qué recomendaciones brindaría para convertir el aula en un espacio amable y apropiado para promover la convivencia pacífica?
c)¿Le presta usted atención a los diferentes momentos o tiempos de la rutina de trabajo con los niños? ¿Por qué? (¿Por qué no?)
d)Mencione algunas recomendaciones para administrar las diferentes actividades en aula, con el fin de lograr una rutina amable y fluida para los niños.
e)Brinde 4 sugerencias para que el docente pueda administrar los materiales de clase, de modo que promueva la convivencia armoniosa entre los niños. Dentro de éstos se incluyen los juguetes, juegos, colores, crayones, marcadores, títeres, implementos de parque de recreación, etc.

Lectura
El manejo del espacio, los materiales y el tiempo en el aula
La administración del aula constituye un campo extremadamente amplio y complejo. Son múltiples los aspectos que podemos relacionar con el manejo del espacio, de los materiales y el tiempo, con el fin de adecuarlos a la prevención de la agresión. A continuación aparecen algunos planteamientos sobre este tema.
El primer aspecto a revisar con relación al espacio escolar, podríamos llamarlo la identidad del aula. Tal rasgo se refiere a la caracterización especial que se le da a un espacio; es como darle personalidad.
Para los seres humanos los espacios siempre están llenos de significados. Lugares como nuestra propia habitación, nuestra casa y ámbito de trabajo inevitablemente se cargan a través del tiempo de sensaciones, percepciones, recuerdos y experiencias.
Un salón de clase debe decorarse de manera que transmita características muy propias y significativas. El aula debe articularse como un lugar que estimula a los niños a estar en ella y a jugar, estudiar, crear y compartir.
Para darle identidad al aula, se le puede pintar con colores alegres, sin ser estridentes. Además, se puede decorar con artículos que hagan alusión a sus funciones: mapas, fotografías de escenas naturales, de paisajes, etc.
Ayuda mucho para darle calor humano al salón, colocar sobre las paredes mensajes escritos (en cartulina, en papel, etc.) alusivos a los temas que se estén trabajando en esos días. Mejor aún es tener una cartelera dentro del salón para mensajes, poemas, anotaciones, etc.
Un recurso de gran valor y utilidad, consiste en involucrar a los alumnos en la decoración y su mantenimiento. Por ejemplo a comienzos del año, los alumnos de cada salón pueden hacer un mural en una pared. Igualmente los niños traer periódicamente productos para exponer en la cartelera.
Un aula con identidad promueve en los estudiantes sentido de pertenencia; mientras un salón de clase sin este tipo de recursos puede parecer cuatro paredes dentro de las cuales se estudia.
Otro aspecto fundamental con relación al manejo del espacio es su funcionalidad. Ésta se refiere a la adecuación del salón, a sus funciones. Para ser funcional un aula debe tener buena acústica, adecuada visibilidad y recogimiento suficiente para que los alumnos no queden dispersos a través del espacio.
El docente debe revisar si estas condiciones están siendo adecuadas en su aula. En algunos casos basta con hacer cambios leves para mejorar muy significativamente la distribución del salón para sus funciones. Por ejemplo, puede que sea suficiente con cambiar la pared en la cual está pintado el tablero, para que los niños se concentren más fácilmente.
Slaby y sus colegas recomiendan espacios que no sean excesivamente grandes para el número de alumnos. Estos promueven una circulación muy libre de parte de los niños, lo cual propicia sobreestimulación y agresión dentro del aula. También enfatizan clases con un número moderado de estudiantes para reducir las fricciones entre ellos, y permitirle un mayor dominio del grupo al maestro.
Sugieren igualmente una decoración alegre, con motivos escolares, pero no excesivamente atiborrada. El exceso en la decoración también tiende a excitar a los niños. Tampoco debe haber demasiados objetos a disposición de los niños: sólo los que ellos puedan utilizar y necesitar durante ese día.
Un aspecto en el cual enfatizan, es que la decoración principal esté al nivel de los ojos de los niños, de modo que sea perceptible para ellos. Para los salones que sean excesivamente grandes con relación al grupo, sugieren colocar repisas o estantes bajos que delimiten el espacio y reduzcan el flujo en alguna medida. Así el espacio se tornará más acogedor y controlado.
Otra valiosa recomendación de Slaby y sus compañeros consiste en dividir el salón en áreas de actividades y contenido. Por ejemplo, puede haber un área de juegos dramáticos en la cual se colocan disfraces, máscaras e implementos para obras de teatro; puede haber otra área de construcción en la que se sitúan bloques de madera, piezas de plástico, ensamblables; puede haber una esquina de lectura y estudio, una zona de trabajos en madera o dibujo, etc.
Respecto a los materiales adecuados para la promoción de las habilidades sociales, Slaby y sus colegas señalan la importancia que haya materiales suficientes para el grupo: cuando hay una competencia excesiva con relación a los materiales, se están propiciando la rivalidad y la agresión.
Tampoco se trataría que cada niño tenga materiales cuantiosos y exclusivos para sí mismo. Proponen encontrar el equilibrio entre una cantidad suficiente de algunos materiales para todos los alumnos y otros que tengan que compartir, alternar y complementar, con el fin que aprendan a cooperar a través de ellos.
Los materiales deben asignarse también teniendo en cuenta la edad de los niños. Entre los 2 y los 4 años, los niños pueden jugar unos al lado de los otros, pero cada uno desarrollando su propia actividad. Sólo a partir de los 4 años de edad y hacia los 5 años, los niños llegan al nivel del juego cooperativo, en el cual son capaces de jugar con otros. En el primer nivel, el de juego simultáneo, cada niño debe tener algunos materiales para él solo. En el segundo, o sea el nivel cooperativo, los niños puede tener materiales diferentes.
Es importante que el docente prepare los materiales que va a utilizar en su clase con anticipación: “Los niños pueden estrujar, empujar y comenzar a golpearse y patearse entre si, cuando se les pide que esperen por largos períodos de tiempo sin tener nada que hacer. Cuando los niños están interesados en alguna actividad, son menos propensos a comportarse agresivamente”.
También es de utilidad tener acceso por varias vías, a espacios en los que un número de niños puedan jugar e interactuar: “El proveer más de un punto de acceso a algunas áreas ayuda a evitar que los niños se tornen exclusivistas acerca de un espacio. Por ejemplo, los niños pueden reñir sobre quien entre a un área con una sola entrada, mientras que pueden aceptar muchos visitantes si hay dos vías de ingreso”.
Nuestra cultura promueve intensamente el valor de la posesividad. Para reducir la agresión en el aula y a nivel social, es imprescindible cuestionar este principio. Con tal fin, el educador debe evitar resaltar en su aula la posesión de objetos valiosos o nuevos. Slaby y sus colegas brindan sugerencias para el manejo de esta situación:
-“El énfasis en la propiedad de bienes materiales que a menudo acompaña al mostrar-y-contar puede ser evitado pidiéndole a los niños que relaten acerca de alguna experiencia inusual, una nueva habilidad, un amigo, una comida favorita, animal o canción, o un sentimiento que tuvieron cuando le ayudaron a alguien. El hacer que los niños traigan fotografías o dibujos relacionados con ellos (por ejemplo, una foto de su perro), o cassettes (por ejemplo, música para bailar) u objetos naturales hallados al aire libre puede hacer que su presentación sea más concreta”.
-"Alrededor de las épocas de celebración, los niños pueden ser estimulados para que hablen acerca de la familia, los amigos y actividades especiales más bien que enfocarse en los regalos. Al comentar sobre las ocurrencias de cada día o los temas suscitados por los libros e historias, los profesores pueden enfatizar el valor de la experiencias, las relaciones y los aspectos del mundo natural más bien que en el de los bienes o las posesiones”.
-“Cuando un niño muestra orgullosamente un artículo nuevo, su emoción puede ser reconocida comentado sobre la utilidad de la ropa o la calidez en lugar de su “novedad”. De este modo, se están evitando las comparaciones entre quienes tienen ropa nueva y quienes no”.
Deben manejarse en el aula de clase también materiales que hagan alusión a la diversidad. De esta manera, se está promoviendo en los niños la empatía y la perspectiva de los otros. La gama debería incluir dibujos o fotografías de niños de diferentes razas y culturas, personas de diversas profesiones y niveles sociales, individuos discapacitados, casas de múltiples estilos, etc.
-“El uso de materiales de juego que sugieren temas agresivos a menudo resulta en agresión incrementada, tanto relacionada como no relacionada con el tema del juego”. Por lo tanto, deben evitarse en el aula. Esto implica excluir juguetes y trajes que hacen alusión a la guerra, películas o canciones que presentan modelos violentos, etc”.
Por la misma razón deben evitarse cuentos populares, historias o libros que presenten escenas o modelos bélicos. Mucho menos debe promoverse la actuación de tales materiales en la clase. “El actuar tales cuentos es equivalente a ensayar comportamientos agresivos”.
Slaby y sus colegas plantean una excepción a este postulado: “tal vez los cuentos populares con temas agresivos pueden ser introducidos durante sesiones de lectura individuales o con grupos pequeños para minimizar la influencia potencial en el comportamiento social del grupo completo y permitir una discusión constructiva acerca de los temas agresivos”.
Otra forma de compensar la excesiva importancia dada a las posesiones en nuestra cultura, consiste en compartir con los niños acerca de los aspectos realmente valiosos de toda persona: su fuerza interior, sus virtudes, sus diversas capacidades no sus pertenencias.
Fabricar con los niños juguetes en la clase constituye una alternativa ideal. Estos se pueden construir con materiales económicos, y tienen la gran ventaja de promover la creatividad, la colaboración y la autovaloración de los niños.
Slaby y sus colegas brindan una sugerencia para el caso en que los niños de todos modos lleguen al aula con materiales agresivos: se puede redirigir la atención de los juegos con dichos materiales hacia temáticas prosociales. Por ejemplo, un niño tortuga ninja a quien el profesor le sugiere jugar a ayudar a las personas con dificultades.
Para la administración del tiempo es clave tener en cuenta la relación entre las actividades altamente estructuradas, aquellas en las cuales el docente aporta muchas instrucciones y las de baja estructura, las que dan mayor libertad a los niños:
“El grado de estructura en el programa también tiene un profundo efecto en el comportamiento social de los niños. Bajo condiciones de alta estructura, las variaciones en la actividad potencial de los niños se limita. El profesor o los tipos de materiales que pueden usarse de una sola forma, pueden definir limitaciones estructuradas. Bajo estas condiciones los niños tienden a mostrar alta adaptación a las expectativas de los adultos; menos comportamiento de labores independientes y más comportamiento de tareas dirigidas por el profesor (es decir, continúan la actividad sólo bajo la supervisión del profesor). También muestran bajas cantidades de interacción social y de niveles de agresión".
Debido a que su comportamiento es controlado por el profesor, tienden a esperar con más paciencia durante las transiciones estructuradas y a prestar mayor atención al profesor durante el tiempo de trabajo grupal, que en los escenarios menos estructurados. Como su comportamiento está controlado externamente, los niños tienen pocas oportunidades de desarrollar habilidades sociales internamente controladas bajo estas condiciones. En situaciones altamente estructuradas los niños aprenden poco acerca de la toma de decisiones independiente, el autocontrol o el comportamiento cooperativo espontáneo”.
“Durante condiciones de baja estructura, los profesores proveen una variedad de materiales de múltiples usos y le permiten a los niños gran amplitud al usarlos. Bajo estas condiciones, los niños muestran más juego imaginativo y creatividad, más comportamiento prosocial y más altos niveles tanto de asertividad como de agresión. Evidentemente, durante los momentos del día menos estructurados, los profesores deberían estar alertas al potencial para la agresión, así como a las oportunidades para guiar a los niños hacia soluciones no agresivas de sus conflictos”.
Otro aspecto fundamental en la administración del tiempo, es el establecimiento de transiciones adecuadas, es decir, el paso fluido de una actividad a otra:
“Los niños necesitan saber qué esperar y tener suficiente cantidad de tiempo para moverse entre actividades. Darles una advertencia antes de terminar el período de juego libre les permite a los niños completar sus actividades, guardar los materiales y moverse a la actividad siguiente de manera calmada y no apresurada. Por ejemplo, los profesores en preescolar tienen como práctica el señalar la siguiente actividad de grupo tocando una campana y cantando, “cinco minutos para la hora de reunión”. Esta insinuación amable no sólo genera una durante la transición hacia la actividad siguiente sino también indica el respeto del profesor por los proyectos de los niños y su necesidad de planear con anticipación”.
Finalmente, para crear un ambiente amable es clave la actitud del educador: “Los adultos crean un ambiente cómodo y cálido hablando en tonos calmados y plácidos, sonriendo de manera amistosa y moviéndose de manera no apurada. Es importante, por ejemplo, evitar el gritar a través del salón para obtener la atención de un niño, debido a que los sonidos recios pueden crear un ánimo tenso para todo el grupo. Cuando un profesor se mueve hasta el área donde el niño está jugando, se baja a su nivel y habla en un tono apaciguador, se crea un ambiente de armonía y paz”.

Para trabajar con los niños y las niñas

Avanzando en el sendero de la docencia
A continuación aparece un ejercicio para que usted Sr.(a) docente, reflexione más profundamente sobre la administración del tiempo, los materiales y el espacio en el aula y logre avances en esta dirección.
Aprópiese del aula de clase
Para disfrutar de un espacio y aprovecharlo plenamente, es indispensable apropiarse de él, es decir, sentir que el lugar nos pertenece y nos podemos desenvolver en él como lo deseemos.
Durante la semana de la tarea, aprópiese del aula de clase. Observe qué cambios desearía hacer en ésta que sean viables. Tenga en cuenta que con transformaciones muy sencillas se puede optimizar la calidad y el ambiente de un espacio. ¿Sería conveniente, por ejemplo, distribuir las sillas de otra forma? ¿Sería recomendable colocar el tablero en otra pared?
Analice la decoración del aula de clase: ¿Hay dibujos o láminas adecuadas para la edad y los intereses de los estudiantes? ¿El color de las paredes es suficientemente cálido? ¿Hay algún espacio como una cartelera para mensajes periódicos para sus alumnos (anotaciones afectuosas, frases memorables, felicitaciones por cumpleaños, etc ) o para que ellos coloquen materiales? ¿Hay algún área para exposición de trabajos?
En caso que la decoración se pueda mejorar, recuerde que esto es viable con costos económicos. Defina qué cambios desea hacer y proceda a hacerlos (poco a poco, si no se puede inmediatamente). Involucre a sus alumnos en la medida posible para la redecoración del salón. De esta forma estará promoviendo también en ellos sentido de pertenencia.
Si no existe en su aula un espacio de socialización de materiales (cartelera, memo, etc.), constrúyalo con sus alumnos y comience a incluir aportes suyos periódicamente. Renueve los materiales cada cierto tiempo.
Reflexionemos
Algunas herramientas para la aplicación
A continuación, aparecen algunas sugerencias para la administración del espacio, los materiales y el tiempo en el aula:
-Elimine los cuentos o dramatizados violentos y reemplácelos por los que muestran comportamientos prosociales (ayuda, cooperación, recursividad, persistencia, coraje, etc.). En caso de utilizar materiales con contenido violento, ayúdeles a analizar las consecuencias negativas, los sentimientos involucrados, alternativas a la violencia.
-Por el contrario, incluya en el aula juguetes que inviten a dramatizar o a compartir. Ejemplos de éstos son los títeres, las casitas, las tiendas, las oficinas de correo o restaurantes, con sus respectivos implementos o disfraces. Igualmente, pueden ubicarse dentro de esta categoría los columpios de llanta (para varios niños al tiempo) o las torres de obstáculos que admiten a varios estudiantes simultáneamente. Este tipo de implementos le ayuda a los niños a practicar comportamientos prosociales.
-Quítele importancia a la posesión material. Más bien enfatice la diversidad de formas como se pueden utilizar los materiales, más que el número o calidad (por ejemplo, en vez de alabar una pelota por lo bonita o por su calidad, resalte la oportunidad de poder jugar todos juntos con ella).
-De la misma manera promueva en los niños la valoración de otros aspectos en las personas, diferentes a las posesiones materiales, por ejemplo, “alrededor de las épocas de celebración los niños pueden ser estimulados para que hablen acerca de la familia, los amigos y actividades especiales, mas bien que enfocarse en los regalos. Al comentar sobre la ocurrencias de cada día o los temas suscitados por los libros e historias, los profesores pueden enfatizar el valor de la experiencias, las relaciones y los aspectos del mundo natural, más bien que en el de los bienes o las posesiones”.
-Tenga los materiales listos para que no haya períodos de espera entre actividades. De esta manera, evita que los niños se impacienten y se descontrolen debido a que les toca esperar excesivamente.
-Advierta con anticipación cuando va a pasar de una actividad a otra. Los niños necesitan tener expectativas claras acerca de lo que sigue en el cronograma. Además, cuando se les avisa el cambio de actividad oportunamente, tiene la opción de terminar con serenidad el juego o proyecto que están realizando en ese momento. Avisarles de antemano constituye una forma de respetar su autonomía.
Las habilidades prosociales
Fundamento de la convivencia
Practique con sus alumnos de manera especial durante esta semana las siguientes destrezas sociales:
Mostrar afecto
-Durante la semana de la tarea, reflexione con los niños acerca de la importancia de expresar el afecto hacia los otros: el cariño, la empatía, la compasión hacia el otro en momentos de dificultad.
-Debata también con ellos sobre los resultados de mostrar nuestro afecto a los demás. Construya con ellos formas adecuadas y oportunas de expresar los sentimientos en cuestión. Puede aprovechar situaciones reales del aula de clase que estimulen a los niños para que expresen sus emociones, o puede conversar con ellos sobre situaciones hipotéticas e incluso dramatizarlas.
Recompensarse uno mismo
-La autogratificación es la capacidad de recompensarse uno mismo y sentirse satisfecho con sus acciones, independientemente de lo que piensen los demás. Tal actitud sólo es posible cuando hallamos coincidencia entre nuestros valores, principios o creencias, y nuestros actos.
Lograr esta autogratificación es el objetivo fundamental de la educación, pues cuando el alumno llega a este punto, ha logrado su autonomía.
-Debata con los niños sobre este asunto, sobre cómo las personas deben pensar en lo que es correcto o incorrecto y actuar según sus criterios. De igual manera reflexione con ellos sobre el sentimiento de la conciencia tranquila cuando se ha hecho lo que se considera que se debe hacer.
-Analice con los niños los obstáculos que se le presentan a las personas para lograr recompensarse ellas mismas. Por ejemplo, el deseo de aprobación de los demás, el temor de ser rechazados o discriminados, la timidez para expresar las propias ideas o conceptos, etc.
-Durante la semana, lleve a la clase narraciones, historias o cuentos de personajes que actúan rectamente a pesar de las dificultades y se sienten gratificados de cumplir con sus valores y principios.
